miércoles, 12 de febrero de 2014

Políticas vs. Politización

Viene otra época electoral y, como suele ser costumbre, la educación se convierte en la cacareada palabra clave que usan todos los candidatos, desde el candidato a la alcaldía de un pueblo perdido en el Cesar, hasta el que encabeza las encuestas presidenciales. Y realmente tiene una explicación fácil. Como lo sugiere Richard Tamayo en Las 2 Orillas, la creencia de la educación como solución a los males de la sociedad hace que se convierta en una base fácil para las propuestas de los candidatos.

Y como suele pasar con esos términos manoseados hasta el hartazgo, las propuestas sobre el tema son mas bien sosas. En un ejercicio básico de análisis de discurso, es posible darse cuenta lo mucho que se habla y lo poco que se dice al respecto. Propuestas sosas como 'Asegurarnos que las profesoras les den afecto a los niños' o 'Invertir para tener una educación de calidad' se hacen mas y mas frecuentes, y volviendo al símil que presenta Tamayo en su columna, todos miran a la mas bonita, pero nadie baila con ella.

¿Cual es la consecuencia de todo ello? Las políticas educativas terminan por convertirse en una tierra de nadie, donde cualquiera puede llegar y hacer o decir lo que quiera y salirse con la suya. Un ejemplo claro es la preponderancia que ha adquirido la noción de cobertura. Cada candidato compite por decir quien es el que tendrá mas estudiantes matriculados, pero no dice donde van a estarlo, o como son los colegios en los que estarán. Compiten para ser el que mas colegios promete pero no dicen como serán esos colegios, y la promesa de ser el que mas recursos le de a la educación da pie a fenómenos de corrupción y malgasto de los recursos públicos. Recordemos por ejemplo, el escándalo de la Secretaría de Educación Distrital y la Red Alma Mater en 2011. La obsesión con los números como indicadores de gestión y calidad ha hecho que la formulación de políticas educativas se convierta en el reino de una tecnocracia in extremis que desconoce las sutilezas de las comunidades.

Al otro lado del péndulo están los sectores políticos que reconocen el botín político de las agremiaciones sindicales de docentes y apelan al denominador común mas bajo; reclamar como propias las banderas que son mas populistas y aseguran votos, independiente de la pertinencia de las mismas. Ante este panorama, la solución es la despolitización: Un esfuerzo y compromiso de los sectores y partidos políticos para desprender el componente gobiernista de sus políticas educativas, convertirlas en políticas de estado, donde los cambios en su curso obedecen a una intención genuina de mejorar su calidad en lugar de acomodar los intereses de la administración de turno.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario