miércoles, 15 de enero de 2014

¿Profesores o Gerentes?

La actual coyuntura laboral en la que me encuentro me ha puesto en un contacto mas cercano con el proceso directivo de una institución educativa, y en virtud de este contacto he considerado que es válido aprovechar el espacio de esta semana para abordar una pregunta que siempre ha rondado la discusión sobre educación, ¿Que se necesita en el rector de un colegio, que sea profesor o gerente?

Una línea discursiva recurrente en los espacios de discusión sobre educación apunta a la lamentación sobre como la educación está convirtiéndose en un asunto de gerentes y no de educadores, y es una lamentación que puede tener un fundamento válido, a fin de cuentas, la educación de niños y jóvenes es un proceso que requiere una mentalidad y punto de vista muy distintos a lo que pudiera ofrecer un frío gerente obsesionado con la eficiencia de los procesos, una comunicación con los estudiantes, docentes, y padres que solo un educador puede dar, no en vano, es común dirigirse a un rector como profesor o profesora.

Un argumento que sin embargo, es contrastado ante la fría realidad: A fin de cuentas, un colegio tiene que pagar las cuentas, hacer pedidos y manejar sus recursos, mejor dicho, tiene que funcionar dentro dentro del 'Mundo real', y si un rector se concentra demasiado en mallas curriculares y estudiantes con problemas de conducta, esas cosas, al parecer tan mundanas, pueden convertirse en bombas de tiempo que pueden estallar con consecuencias significativas. En un contexto como el de la educación pública, las presiones ante las que se enfrentan los rectores son mucho mas fuertes, por cuanto su calidad de servidores públicos los pone ante los ojos supervisores de entidades como la Procuraduría General de la Nación o la Personería Distrital (En el caso de Bogotá), y de una serie de disposiciones legales que establecen recios límites frente a su capacidad de toma de decisiones que apunten a procesos educativos de calidad, dando pie a situaciones como las exploradas en la entrada que inauguró este blog. 

La solución, que como en muchas otras situaciones, se encuentra en el punto medio, viene a ser uno de esos términos que vienen a convertirse en clichés pero que originalmente tenían un significado claro y discernible, como viene a ser la noción de la gerencia educativa. El directivo docente debe estar consciente que su labor gerencial se lleva a cabo en un espacio que no puede entenderse bajo las lógicas empresariales tradicionales, lo que le da una ventaja a los docentes que adquieren elementos de gerente frente a quienes recorren el camino inverso. Y esta mentalidad debe estar acompañada de disposiciones legales que también entiendan esta situación, lo que pone de manifiesto la necesidad de legislación hecha por educadores para educadores, que convierta la gerencia de las instituciones educativas en una labor potenciadora y no limitadora.

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